En búsqueda de ti mismo encontraste muchas palabras, palabras que construyeron
frases, frases que articularon ideas, ideas que elaboraron teorías, y así desde
ese castillo mental comenzaste a juzgar al
mundo. A quienes a la distancia creías ver, interpretaste sus intenciones,
juzgaste sus comportamiento, con la soberbia de creer conocer que es lo que
habita en el corazón de un hermano…
Pero así finalmente juzgaste sus cuerpos, el único canal y la puerta que se te ha dado para entrar en contacto con otro, en este mundo, fue menospreciado. Tus pensamientos siguieron migrando mas allá de la realidad, y así como dejaste de entrar en contacto con tus hermanos, también te perdiste a ti mismo. Clasificaste tus sensaciones, las juzgaste como buena y malas, encerraste a tus miedos y deseos en el cuarto de las bajezas y comenzaste a medirte con una vara que ni siquiera era tuya, que simplemente te fue dada por una herencia inconsciente, del dolor que tiene la carne de los padres que nos engendran, pero al negar la carne, tampoco pudiste ver esto.
Menospreciaste tu linaje de carne comprometiéndote con un linaje superior, y así no les diste el lugar a quienes son tus primeros y fundamentales maestros, tus padres. Te avergonzaste de sentir que tu dolor era su dolor, que tu furia era la suya e intentaste ridículamente cortar tus raíces y volar… Sin embargo, el sentido de perderse en la claridad de comprenderlo todo, no es mas que el de reencontrarse en la confusión de lo profundo y obscuro que habita en nosotros… y lo que rigidizó tu pensamiento no pudo hacerlo con tu cuerpo, que es materia orgánica que nace, muere y transforma, como su única ley. Y así lo mortal en ti, derrumbó la soberbia de tu eternidad y la obligó a bajar a tierra otra vez, a sentir todo eso que estaba negado, que de igual manera, afloraba por todas partes.
Pero así finalmente juzgaste sus cuerpos, el único canal y la puerta que se te ha dado para entrar en contacto con otro, en este mundo, fue menospreciado. Tus pensamientos siguieron migrando mas allá de la realidad, y así como dejaste de entrar en contacto con tus hermanos, también te perdiste a ti mismo. Clasificaste tus sensaciones, las juzgaste como buena y malas, encerraste a tus miedos y deseos en el cuarto de las bajezas y comenzaste a medirte con una vara que ni siquiera era tuya, que simplemente te fue dada por una herencia inconsciente, del dolor que tiene la carne de los padres que nos engendran, pero al negar la carne, tampoco pudiste ver esto.
Menospreciaste tu linaje de carne comprometiéndote con un linaje superior, y así no les diste el lugar a quienes son tus primeros y fundamentales maestros, tus padres. Te avergonzaste de sentir que tu dolor era su dolor, que tu furia era la suya e intentaste ridículamente cortar tus raíces y volar… Sin embargo, el sentido de perderse en la claridad de comprenderlo todo, no es mas que el de reencontrarse en la confusión de lo profundo y obscuro que habita en nosotros… y lo que rigidizó tu pensamiento no pudo hacerlo con tu cuerpo, que es materia orgánica que nace, muere y transforma, como su única ley. Y así lo mortal en ti, derrumbó la soberbia de tu eternidad y la obligó a bajar a tierra otra vez, a sentir todo eso que estaba negado, que de igual manera, afloraba por todas partes.
Poco a poco comenzaste a observar que tu cuerpo tenía una
sabiduría a la que tu mente ni se aproxima, y entendiste que el verdadero
llamado era, por favor vuelve a la tierra, acá habita el espíritu de los
hombres…
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Quise juzgar la maldad a los ojos expertos, busqué la
oscuridad mil veces afuera, a ellos debo
apuntar? ¿esa es la actitud nefasta? Sin embargo me rodee de seres adoloridos y
quejumbrosos que no querían ni querer, yo fui el oscuro, quien no supo ver la
viga sobre su ojo, y entregué mi poder,
el de comprender el quien soy, por una cacería de brujas y promesas incumplidas
de una luz póstuma que vendría a aclarar todo este entorno. Solo cuando acepté
mirar mi propia oscuridad y contenerla pude recuperar la inocencia respecto al
mundo, volver a dar un paso adentro, y ser parte de nuevo.
