6/19/2007

La angustia por no durar todo el tiempo nos impulsa a poseer todo el espacio. Pero la infinitud por antojarsenos mas accesible se nos hace menos profunda. y sin embargo, para apoderarse de lo duradero, debemos obligatoriamente poseer la materia, porque es en ella donde yace oculta la llave de la eternidad. (tripolaridad de la metafisica. Carlo Poncini)
Alejandro Jodorowsky

6/18/2007

Don Serapio


Este es don Serapio, oriundo de Curacautín, aunque en realidad se crío en Lonquimay, tuvimos la suerte de ayudarlo a correr su casa, por que en invierno le dentraba el agua. El se reconocía como evangélico aunque siempre que escuchaba la radio evangélica decía que esos eran puros charlatanes. A los 13 años jugando futbol, contaba, un pelotazo le saco un ojo de su cuenca, el corrió despavorido y se encerró en su casa por 3 semanas, todos tocaron su puerta, autoridades, médicos, vecinos, familiares, pero nada, el no quería abrir, decidió por meterse el ojo de welta en la cuenca y amarrarse una camisa, y así recupero la vista, cuenta. A los 30 años le ofrecieron ser cuidador de un internado que estaba cerro arriba, y ahí estuvo por 20 años más completamente solo, con la compañía del león del monte (secuaz de Satán) y algunos otros seres un tanto indescriptibles. Recordaba que siempre que llegaban a verlo otras personas el no hallaba la hora de que se fueran, le gustaba la soledad, ya que muy malas experiencias había tenido de la gente, cuando había sido cantante de rock, tocamos hasta en Temuco decía, pero el alcohol y las mujeres lo empezaron a trastornar, además de varias estafas porque le pagaban una chaucha, así se hizo amigo de la soledad y aprendió a sanar su extraña enfermedad "locofornia". Que cuando se enojaba, perdía la conciencia y comenzaba a pegarle a cuanta persona se le cruzara, había que laciarlo y amarrarlo a un árbol, solo después de unos días despertaba y la gente le contaba sobre lo sucedido. Es un hombre de gran fe recordaba que dios le enseño a leer en 3 días, porque el no podía, las letras se le olvidaban, fue al colegio, con profesoras, los curas, hasta que un sacerdote que fue como su padre en su lecho de muerte le aseguro, "aprenderás a leer en 3 días" y así fue, al tercer día ya leía, y todos sus amigos se alegraron. Su historia de vida puede ser muy trágica, menos para el, ya que luego de cuidar ese internado por 20 años nada le pagaron y quedo en la calle, el hogar de cristo le regalo la mediagua en la que vivía y a la cual el mismo le había hecho bastantes arreglos, aunque no tenia nada, el decía que era mucho mas rico que sus hermanos o parientes que de pronto aparecen en autos y le dejan algunas cosas, porque el tenia dignidad y ellos no, esto lo decía sin resentimiento alguno, ahora a sus 55 años era un hombre con proyectos, quería criar gallinas y plantar papas, y comenzar a ganarse algunas monedas para salir de ese terreno tan feo en el que estaba. Agradecía a dios no ser alcohólico ni tener algún vicio, lo decía mirando a sus vecinos, estaba orgulloso de su empuje y alegría.... yo le creí.

6/06/2007

Los nervios

Me levanté riendo, es que era un chiste, eso que había soñado me dejó con esa risa nerviosa a flor de piel, esa corriente cosquillante con la que se puede terminar llorando o riendo, así como la forma de librar ese mieducho visceral, como esas niñitas gorditas espinillentas, un tanto reprimidas, que basta con apretarle ese botón oculto en su pecho o su espalda para que exploten y se liberen en furor.
Es curioso que al despertar nos ponemos una faja sobre todo eso que brotó libre y espontáneo en sueños, es una faja medio moralona, que algunos días queda mal abrochada y puede explotar y romperse en cualquier instante y ante la mas minima presión. Como esos cuchuflis gordos de manjar apunto de estallar, que chorrean por sus extremos y al primer rose o sensación sofocante se derraman. O sin ir más lejos ese clásico sanguchito de palta, que de puro nervioso no lo alcanzan a apretar y se caga. Pero mas chistoso aun cuando comemos esos típicos sándwich donde el churrasco no esta picado y al primer mordisco comienza una lucha entre la mandíbula y ese nervio de la carne que no sede y no se rompe, y quedamos con el bocado mitad afuera mitad adentro, es ahí cuando el degustador entra en ese nervioso ridículo (parecido al del sándwich de palta), que no disminuye después de tironear un poco con la cabeza, sino talvez solo cuando puede respirar por la nariz con la mandíbula bien cerrada para que no se asome lo que adentro ya se a comenzado a procesar. Así con ímpetu el campeón o campeona intenta acabar con este nervio que no sede y comienza a apretar tanto al sándwich que se comienza a chorriar, como ya decíamos siempre lo primero en salir es la palta. En ese instante, el hecho toma una connotación como un todo perfecto, el personaje nervioso por no poder resolver la molesta situación del desarme inminente del sándwich, piensa en devolver lo ya masticado, lo que sería claramente interpretado como una derrota, ya que pasaría por la vergüenza del comensal, dueño(a) de casa, cantinero o familiares varios. Y todo por culpa de esos nervios, el del churrasco y los del personaje en testimonio. Nervios que no pudieron ser superados y terminan destruyendo la integridad del cuerpo al cual pertenecen.