11/23/2009

Son tres Personajes


Estos son tres personajes, habitan dentro de nosotros y a nuestro alrededor, están en todas partes, en los ojos de muchas personas los hemos visto y muchas veces los han visto en los nuestros.

Mal Humorado: Este es el personaje que no quiere ni querer, que ha aceptado toda su existencia tal como es, ha renunciado a su capacidad de transformar. Puede que viva rodeado de lujos y reconocimientos, parece un triunfador, pero en el fondo quien gobierna es su mal humor. El ceño fruncido es lo que le entrega a las miradas que lo sorprenden. No le interesa nada en realidad, solo demostrar que está enojado. No tiene arte, solo la compra, y ni siquiera le agrada de verdad.

El Putrefacto: es un héroe, hace mucho tiempo que su reflejo quedó botado en algún callejón o olvidado en alguna plaza, es ese borracho que en mitad de la noche canta un des amor a la luna. El está dispuesto a reír en cada esquina, a encontrar la maravilla del mundo en cada minuto, es un personaje taciturno, somnoliento. Los acontecimientos de su vida no tienen una frontera muy clara entre lo onírico y lo real. Es un navegante perdido sin rumbo que no está dispuesto a encallar su nave en ningún puerto, es todo y nada, puede estar en cualquier lugar, y por eso a todos puede hacer reír. Dentro de él también habita un niño, en este caso, no un niño mal humorado, sino un niño que no quiere dejar de reír, no quiere aceptar un mundo que le entrega seriedad. Odia al mundo gris que a veces lo atormenta, no está hecho para eso, por eso es un héroe putrefacto, todo lo liquida y destruye, consigo todo es corrompible. El no está en la cúspide de la torre, pero porque no quiere, se niega a esa vida, el está en las periferias, es ese espacio de descomposición, que empieza a transformar el mundo, pero solo destruyendo. No conoce de que aferrarse, al final del día solo está el delante de si mismo, y de ahí nace su arte.


El optimista: La salida del sol para él sigue siendo un momento de alegría, puede sonreír, y puede mirar a su alrededor e inspirar el aire, se siente alegre de estar vivo, de estar dentro de sus zapatos, aunque no sepa muy bien para que. Siempre viene despertando, como si todo fuera nuevo. Por primera vez está abriendo los ojos, y se maravilla de los detalles más cotidianos, un plato de comida, un pájaro, una planta.
Dentro de él existe una esperanza, existe la proyección y la idea. Algo puede ser distinto, hay algo distinto en todas las cosas, ese mundo que lo rodea no es el único que existe, de hecho, ese mundo no está hecho de nada, ve como todos viven “algo”, sufren, se alegran, gritan, lloran, siendo que son ellos mismos los que eligieron ese algo. El optimista se mete en la vida, y recorre sus caminos sin entregarse, no lo hace por conseguir algo, lo hace por experimentar. Su arte muchas veces es parecido a imitar, a caminar siguiendo a algún señor gordo o hacerse el hombre de negocios.

Muchas veces el optimista se emborracha con el putrefacto y nacen poesías a la vida, en ocasiones, el putrefacto acompaña al optimista a una colina a maravillarse de las sombras que ahí se producen al atardecer. El mal humorado con el putrefacto se entrega a su dolor y al final por fin llora, cuando está con suerte y sale con el optimista también aprende a reír.

1 comentario:

Viciadaymortal dijo...

Qué horro ser solo uno de ellos, pero qué necesario es tener a los tres dentro
TE AMO amigo
Cata